El director quebequense de origen ruandés reflexiona sobre el genocidio de más de 800 mil tutsis perpetrado por los hutus en 1994 en su más reciente cortometraje titulado Ibuka, Justice
Claudia Andalón /Leipzig, Alemania
Ibuka, Justice, es el más reciente cortometraje de animación de Justice Rutikara que narra la forma en cómo él y su familia escaparon del genocidio de más de 800 mil tutsis en manos del extremista grupo étnico hutu que marcó la historia de Ruanda en 1994.
Recientemente el cortometraje formó parte de la selección en competencia de la edición 67 del DOK Festival de Leipzig, del cual destacó: «Es un festival maravilloso, por su público, los organizadores y los cineastas invitados».
En realidad, la idea de la película me la dio mi padre, se me ocurrió cuando estaba haciendo otra película. Mi padre me contó sobre la historia que nunca antes me había contado sobre el éxodo de él, mi madre y yo cuando tenía seis meses que emprendimos en pleno genocidio de 1994, dijo el director quien explicó que el proceso duró tres años y nuevemeses. “Fue un proceso largo y se necesitó mucha gente y muchos recursos y mucho tiempo para investigar, escribir la historia, hacer las entrevistas con mis padres y crear todos los aspectos de la película y animarla y hacer la posproducción”.
El cortometraje se realizó con animación 2D y requirió un grupo de animadores que dieran vida a la historia biográfica.
El también director del documental Le Muzungu québécois, (2019) y el cortometraje de ficción Têtes cassées (2017) mencionó que la parte más difícil fue la post producción: “No soy animador, normalmente soy un cineasta, un director sencillo que suele hacer la mayoría de las veces live actions, así que, lo difícil fue el diseño del sonido, la animación en sí y el tiempo que teníamos que era limitado».
Rutikara optó por la animación debido a que le pareció “la vía más adecuada para que sus padres retrocedieran a sus recuerdos de hace 30 años, sobre un tema tan difícil. También me parecía la maneera más adecuada para precisar y que sus recuerdos tomaran vida. Debíamos trabajar en interpretar las voces de las que hablaban mis padres. Teníamos que ir más allá de las palabras y de una historia personal. Quise conseguir algo más universal, más poético y no quería hacer una película de live action con este tema porque ya hay muchas. Encontramos la forma de crear mucha belleza en la película a través de la animación».
El director y guionista trabaja actualmente en la realización de una película de ficción, «un cortometraje muy expresivo llamado Monocrome. Es un filme que ya se encuentra en preproducción en blanco y negro con pantalla dividida… se trata sobre los nuevos nazis de ascendencia africana, está inspirado en una de mis pequeñas experiencias problemáticas en la ciudad de Québec, no tengo muchas, solo algunas. Es mi próximo proyecto… lo considero mordaz, es una ficción, que estoy realizando con el proceso que realizo documentales con la idea de hacerlo más espectacular que la ficción», aseveró.
Traducción del inglés al español: Claudia Andalón

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