La confesión se ha plasmado en el libro Dolores Heredia, un ratito de vida es vida elaborado por Roberto Fiesco y Alejandro Magallanes bajo el auspicio del FICG40
Claudia Andalón y Enrique Vázquez / Guadalajara
Momentos de la presentación del libro Dolores Heredia, un ratito de vida es vida. Fotos: ENRIQUE VÁZQUEZ
Dolores Heredia, un ratito de vida es vida, es el título del libro que el Festival Internacional de Cine de Guadalajara editó como parte del homenaje que le rindió a la actriz Dolores Heredia quien en esta edición 40 se le entregó el Mayahuel de Plata por su trayectoria.
“Juan Rulfo y Andréi Tarkovski son mis dos grandes amores. Si los hubiera conocido, hubiera sido esa loca que les habría dicho a cada uno: “Quiero todo con usted, señor”. Son mis dos pilares en cuanto a poética, son ese mundo al que aspiro en el arte, son ese referente al que siempre regreso, son ellos los que me hacen volver a creer que este es mi sito y que sigo en la búsqueda de algo”.. Así inicia el capítulo Heroínas del libro en el que a lo largo de 200 páginas la artista comparte anécdotas de vida en primera persona.
La presentación corrió a cargo del diseñador Alejandro Magallanes y el escritor Roberto Fiesco quienes revivieron al lado de Heredia, los encuentros que tuvieron para planear esta publicación y los lazos que los unen desde hace muchos años.
La actriz, originaria de La Paz, Baja California, se refirió a la actuación como “un oficio que tiene sus rudezas, pero también tiene sus maravillas. Siempre lo he dicho, y lo voy a estar diciendo, es una joya el que uno, a través de este trabajo, vive más. Vivimos más, nos asomamos a vidas que no teníamos idea de que existían o podían existir”.
Por su parte Roberto Fiesco subrayó que a lo largo de 14 capítulos narra los inicios de Heredia en el teatro como una forma de vida y el crecimiento profesional que la llevó protagonizar cintas como Pedro Páramo, Capadocia y Santitos, por mencionar algunas.
Al respecto Magallanes detalló que el índice del libro lo elaboraron a manera de acróstico, formado con las 14 letras del nombre de la actriz en cuestión, quien confesó que antes de hacer teatro por primera ocasión, Heredia había tenido en mente dedicarse al periodismo, “ser corresponsal de guerra, llevar la verdad a las personas para construir un mundo mejor”.
Heredia compartió que debido a que no logró ingresar a la Escuela Normal de Maestros de su natal Baja California y con el gusto de escribir, logró incursionar en el teatro y cuando lo hizo se enamoró del escenario al grado que ese fue el motor que la impulsó viajar a la Ciudad de México a cursar la carrera de actuación.
Dijo que debido a los estudios que cursó a muy temprana edad de fotografía, su relación con la cámara fue fácil; siento un placer, un placer muy extraño que no tiene que ver con la vanidad, sino que tiene que ver con el conocimiento de uno mismo y con una manera de verse a sí mismo”, dijo.
PANEL PREVIO
De manera previa a la presentación del libro Heredia participó también en un panel en el que participaron además, otras ganadoras del Mayahuel como Bertha Navarro, Ofelia Medina y Arcelia Ramírez.
Durante la charla mencionaron cómo se conocieron y compartieron anécdotas de experiencias que les tocó vivir en conjunto y la forma en cómo han contribuido desde su trinchera al desarrollo del Cine Mexicano.













