El director español de películas como El Orfanato, Lo Imposible y Jurassic Park compartió con el público al lado de Eugenio Caballero anécdotas del trabajo que han realizado en conjunto
Momentos de la charla entre Juan Antonio Bayona y Eugenio Caballero. Fotos: ENRIQUE VÁZQUEZ
Claudia Andalón y Enrique Vázquez / Guadalajara
Juan Antonio Bayona, el el director español de El orfanato, Lo imposible y Jurassic world: el reino caído, homenajeado este año con el Mayahuel Internacional rememoró con Eugenio Caballero como realizaron las escenas más emblemáticas de las películas mencionadas, de la misma forma en que compartieron anécdotas de vida y como fue su acercamiento al cine.
Bayona dijo en la charla titulada “Luz en la oscuridad, el cine de Bayona que durante sus rodajes procura captar la intimidad entre los personajes y el director. “Es la intimidad entre los actores; sacar ese momento me parece épico, es lo que da más miedo, ese espacio tan íntimo a través de las formas para exteriorizar lo que pasa dentro de los personajes”, dijo el director.
Crear una atmósfera en la que los actores puedan llegar a esa intimidad es uno de los mayores retos de un director, según mencionó. “El corazón de la película es lo que te mueve, y el trabajo es descifrar ese algo, intentar encontrar una verdad en cada película, cada una es una excusa para buscarla”, dijo y agregó que el trabajo cinematográfico requiere tiempo, planeación, pero no todo está bajo control, es decir, hay cosas que al no tenerlas claras no son un obstáculo, sino una oportunidad para ir más allá. tir que no estás en capacidad, a la altura”.
“Nuestro trabajo es buscar el punto de encuentro con los actores. Siempre buscas que el trabajo sea en equipo y que haya una armonía, como en Lo imposible. Pero sobre todo los momentos de mayor recompensa en un set no es saber si lo que está pasando es la realidad o una interpretación, estos son los momentos que enganchan”, subrayó.
Para Bayona cada película es un viaje, uno que no puede hacer con la primera versión del guion, tiene que vivir el viaje para conocer todo el proceso. “Y es un viaje de supervivencia, donde todo lo tienes en contra, aunque el proceso es bueno; si la última fase está mal, todo se cae. Es una experiencia de supervivencia, y en esto no ganas nada mintiendo”, expresó.












